Nanatsu No Taizai se benefició que su continuación llegase un poco tarde, la primera temporada terminó en marzo de 2015 y sólo hasta enero de 2018 se estrena la segunda, una espera de casi 3 años. Si bien en 2016 se estrenaron 4 ovas que lograron mantenerla un poco vigente, seguían siendo sólo meros aperitivos. Esta prolongada espera de una obra Shonen hubiese debilitado a la mayoría de programas, pero ocurre lo contrario con Nanatsu No Taizai (especialmente en occidente), todo gracias a Netflix.
Netflix licenció el programa y lo lanzó en la plataforma el
1 de noviembre de 2015, esto junto al doblaje en inglés lo convirtió en uno de
los programas más populares de su parrilla, esto se extiende a Hispanoamérica
gracias a que también fue doblado. Así tras el paso de los años uno de los
primeros “debes ver” de cada nuevo usuario es Nanatsu No Taizai, logrando una firme base de fanáticos.
Sin embargo estaría
equivocado el atribuir todo su éxito a las ventajas de su distribución, el
anime tiene varios detalles para lograr escalar como uno de los favoritos.
Antes de desentrañarlo hay que destacar la producción de una película y
posiblemente el inminente anuncio de A1 en anunciar una tercera temporada (en
mi opinión el programa contará con 4).
Este artículo tiene spoilers menores.
La obras Shonen más tradicionales se sostienen bajo dos principios, los personajes y la interacción entre estos (junto lo que visualmente conlleva). Usualmente la historia sirve de excusa para que los personajes tengan alguna razón de interacción, por lo tanto se prioriza el que sean atractivos, capaces de atraer y sostener la atención. Nanatsu No Taizai en su primera temporada da a entenderse como una obra escrita bajo esta técnica.
Elizabeth está en la búsqueda de los 7 pecados capitales, un
legendario grupo de caballeros sagrados exiliados del reino, para ayudar a su
padre, el rey, frente a un golpe de estado. Al principio la historia se da a entender
como algo clásico, una búsqueda para emprender una cruzada. Este enfoque
beneficia tanto al espectador como a la estructura de la narración.
El espectador aprende a la par de Elizabeth y no se verá abrumado de información porque la introducción de los personajes es lineal, primero conocemos a Diane, luego Ban, King y finalmente Gowther. Sobre ellos se sostiene la trama de la primera temporada, hecho que permite inferir dos observaciones: La historia no teme tomarse el tiempo necesario para introducir a todos sus personajes y el que aún no hemos visto el verdadero potencial de la obra. Claramente ambas conllevaban a la necesidad de otra temporada.
Aunque la primera sólo sea meramente una introducción hay
que destacar el buen trabajo en asentar sus bases, gracias a que la
presentación de cada miembro es prolongada hasta lo necesario, logran que cada
uno esté definido y sea empático. En algún lado leí que Nanatsu No Taizai es Fairy Tail bien hecho y apoyo esta
comparación, ambos programas tienen temáticas que requieren de personajes
definidos y que exista interacción para que sea factible hablar de un grupo.
Fairy Tail se concentra sólo en 5 personajes cuando en realidad hablamos de
“gremio” e invierte varios capítulos en alcanzar empatía, Nanatsu enfocando en
la misma cantidad de personajes y gastando menos tiempo en cada uno, alcanza
una mejor resolución.
Todo se debe a cómo sea invertido el tiempo, Fairy Tail
abusa del revelador flashback, Nanatsu sabe que no hay nada más interesante que
el misterio y se abre poco a poco. Conocemos a un miembro, entendemos su
relación con el resto del grupo, sabemos una de sus metas pero no se indaga de
lleno en su pasado, se reservan detalles
para mantener vivo el interés.
Pero mientras Fairy Tail gira plenamente alrededor del poder de la amistad (por cierto, habrá reseña cercana), Nanatsu es una historia de redención. Una de las razones por las que lucha el grupo de los 7 pecados es para salir de su calificación como criminales, redimirse a los ojos del pueblo, aunque en la primera temporada no lo sabemos con plenitud hay pistas que indican que la lucha personal de Ban, Meliodas y King tambiénh se relaciona a la idea de redimirse.
El tema es correctamente abordado, la temporada es más de
planeación temática y su continuación será la ejecución junto a todas las consecuencias
que conlleve. El resto de personajes no
disminuyen el trabajo temático porque son construidos alrededor de otras líneas,
dotándole de más atractivo. Diane, Elizabeth y Gowther giran alrededor del
sentido del deber y la identidad (especialmente respecto al último).
Cómo ya he escrito, el Shonen tiene un principio de
interacción y esto lógicamente no ocurre sólo entre los héroes, se necesita
villanos. Lastimosamente este es uno de los puntos flacos de la obra, los antagonistas de ambas temporada no
logran ser lo suficientemente carismáticos o atemorizantes, pese a ser bastante
poderosos. En la primera temporada el antagonista principal es Hendrickson,
si viene su presencia es una amenaza constante esta sólo tiene valor gracias a
sus subordinados, los caballeros sagrados, especialmente Gilthunder.
Gilthunder es quién acapara la atención durante gran parte del programa, no obstante debido a cierto giro deja de tener ese papel dejando sólo de villano a Hendrickson, él carece de la suficiente personalidad para siquiera estar a la altura, convirtiéndose en el “malvado de manual”. Resultan más atractivas las peleas entre los miembros de los 7 pecados, por la ambición de Ban, el rencor de King o la naturaleza de Meliodas. Más adelante me referiré a los 10 mandamientos.
Si bien no es un programa plenamente innovador en planeación
o ejecución, si comprende las reglas de
su género y las aplican correctamente: personajes atractivos, encontronazos
con villanos hasta la gran batalla, paciencia para introducir su mundo, tono de
comedia que llega al drama en los momentos necesarios y un fanservice algo
intrusivo aunque tampoco saturante. Este fue el panorama antes de la segunda
temporada.
La Resurrección de los Mandamientos tiene como procedimiento tomar las ya construidas bases y explotarlas correctamente, empezamos a conocer el trasfondo de los personajes principales en capítulos plenamente dedicados a ello. Esta idea no es una contradicción del método de la paciencia sino su consecuencia, les conocíamos de forma superficial y tras pasar ya tiempo con ellos hay derecho de ir adentrándose, pero para evitar el perder el interés de la audiencia se necesita centrarse en dos cosas: La historia y el presente.
La primera temporada daba a entender la historia como una
excusa de interacción, sin embargo esto no es así. Sirvió de antelasa frente a
la verdadera línea narrativa, la resurrección de los demonios y desvelar poco a
poco cuales fueron las auténticas causas y consecuencias de la legendaria
guerra. Un enfoque correcto que triunfa
porque resulta apasionante por lo poco que sabemos y lo menos que se
desvela.
Respecto al presente hay un problema y es uno que ya había
acarreado desde la temporada anterior, la
poca emoción de las batallas. Que los villanos carezcan de atractivo no
debería implicar que los enfrentamientos sean sosos, eso sólo puede pasar por
dos razones, la animación es mala (que no es el caso) o que no hay
consecuencias. El final de la primera temporada es explosivo, los personajes lo
dan todo en una apoteósica batalla, hay importantes bajas en su lado,
irónicamente el precio de la vida es la muerte… luego aparece Elizabeth.
No tengo ningún problema que Elizabeth tenga un poder, pasar de ser la simple waifu del programa a una importante miembro del grupo es un desarrollo que ya muchísimas personajes femeninas quisieran, el problema es el cuándo sucede este poder, las circunstancias donde se manifiesta sólo pueden ser descritas bajo Deus Ex Machina.
Si el Deus Ex Machina no fuese por si sólo lo
suficientemente dañino es la consecuencia lo que le da un enfoque completamente
erróneo, se elimina la posibilidad de la muerte para los personajes
principales. ¿Cuál programa es más interesante? ¿Aquel donde sabemos que nada
le pasa al protagonista o dónde nos preocupamos por su integrante?
La primera temporada se le perdona aunque sea un poquito por
lo sólida que estuvo hasta la pésima resolución, pero la segunda sólo extiende
este recurso y abusa de él. Ahora no sólo los principales pueden regresar,
también los secundarios, y a esto le debemos agregar la escala de poder. La T1
contaba con batallas espectaculares excusadas en uno que otro porcentaje de
poder pero más válido como expresión que cómo observación, en la segunda se implementa un absurdo sistema de
numeración que de por sí sólo es algo malo.
Los sistemas de poder numerado sólo ha funcionado con
YuGiOh, en cualquier otro caso sólo funciona como una escala constantemente
ridiculizada frente a más altos porcentajes, la fascinación es reemplazada por una absurda estadística
carente de emoción. Por eso la presentación de Escanor ya no es tan
fascinante, sólo es alguien que existe para volver absurdo al sistema.
Los diez mandamientos tienen poco tiempo en pantalla y con el que cuentan no capturan la atención, varios son importantes a nivel mitológico más eso no basta para lograr interés, sólo les caracteriza su alto nivel de poder y perseverancia. Son un grupo de villano vago y meramente basado en el manual.
Hasta que Nanatsu no
comprenda que la lucha debe tener consecuencias tangibles y directas no
alcanzará su auténtico potencial.
De la dirección se han encargado Tensai Okamura y Jouji
Furuta, primera y segunda temporada respectivamente. Aunque ambos han logrado
que el programa tenga en general una visión y estilo claro, el primero logró
mejores batallas gracias a su concentración en el proceso de la pelea y no las
consecuencias, por esta razón los enfrentamientos son más “pesados” frente al
enfrentamiento ligero y a larga distancia de la segunda temporada.
Puede sentirse un poco desperdiciado, especialmente porque
aún nos deben una auténtica batalla alcanzable sólo con una participación
significativa de gran parte de los personajes contra un villano a la altura con
irreparables consecuencias, no por ello menosprecio el gran trabajo de animación,
tanto las acciones de los personajes, como sus gestos, el trabajo de fondos,
todo está plenamente cuidado. Si bien en los planos alejados se puede notar una
bajada en detalle rápidamente pasan al primer plano evitando que sea
excesivamente contraproducente.
Cada uno de los 7 pecados es de una raza o particularidad
distinta y si bien esto debería dotar de más variedad, todos se mantienen en la
línea de la apariencia humana sólo con ciertas diferencias. Diane una gigante,
King hada, Ban ser inmortal, Meliodas demonio, Elizabeth druida, Escanor
humano, Gowth marioneta y Merlín una maga. El
diseño de todos prioriza ser identificable más que ser coherente. Al inicio
me resultaba bastante curioso el diseño de Meliodas, por tener la apariencia de
un niño, más me gusta la dicotomía visual de ver alguien tan poderoso en el
cuerpo tan pequeño.
Si bien este diseño artístico podría haber sido más creativo sigue siendo disfrutable y funcional para lo que requiere la obra, el trabajo de los fondos es igualmente bueno y equilibrado, especialmente en las batallas de ciudad donde pasan a ser entornos físicos transformables.
Su sonido sigue la típica
directriz del Shonen con ambientación que rememora a la edad media, típicos
ritmos europeos llenos de violines y laudes, mi pieza favorita es “A peaceful day”.
Los openings y endings tampoco decepcionan, respecto a los primeros, brindan de
emoción y están bien montados (aunque el segundo de la segunda temporada está bastante
debajo del resto), los endings son el respiro pacífico y usualmente
esperanzador.
Los Seiyuus también alcanzan un buen nivel, todos tienen un buen rango de voz, desde la tranquilidad hogareña hasta los gritos entre las batallas, especialmente Tatsuhisa Suzuki como Ban y Sora Amamiya como Elizabeth (una de las razones de porque ella es Best girl).
En conjunto, Nanatsu No Taizai es un Shonen que aplica
correctamente los arquetipos, bueno, que los aplica correctamente al inicio. La
segunda temporada bambolea bastante frente a una sólida primera (pese a tener
un pésimo final). Sin embargo, el buen
trabajo en el momento de la planificación y su bien cuidada paciencia me da
esperanza de una sólida continuación.
Primera Temporada: 6/7
Primera Temporada: 6/7
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