LA ESPADA DE LOS AFLIGIDOS

“Hace mucho tiempo, en una tierra distante, yo, Aku, el Amo de la oscuridad, desencadené un mal indescriptible. Pero un tonto guerrero samurái, que blande una espada mágica, decidió oponerse a mí. Antes del último golpe, abrí un portal en el tiempo y lo envié al futuro, donde mi maldad es la ley. Ahora, intenta volver al pasado, y alejarse del futuro que soy yo... ¡Aku!”.






En el 2001, cartoon network empieza a emitir samurái jack, con la batuta de Genndy Tartakovski, reconocido en la cadena por sus trabajos previos  (las chica superpoderosas, el laboratorio de dexter) el proyecto hacia parte de la renovación consecuente al nuevo milenio,  al pasar de los años el impacto del programa ha ido aumentado al punto de ser un clásico moderno, las razones son varias: la moralidad de Jack,  los impresionantes escenarios,  la dirección tan única de genndy, la música rebosante de inspiración o el legendario villano que es aku. Todas estas características se pueden admirar en cualquier capítulo, e inclusive los que se alejan del estilo general exhiben con fuerza el tema, como el  9° episodio de la tercera temporada.

CONTIENE SPOILER DEL EPISODIO 9° DE LA TERCERA TEMPORADA

Genndy es uno de los directores de animación más importantes de los últimos 20 años, su estilo es resultado del choque de ideas orientales y occidentales, lo que da por resultado un ritmo rápido en las batallas, cortes a explosiones,  largas escenas sin dialogo, en conjunto una dirección robusta en cuanto a la acción (vease el episodio del coliseo), sin desmeritar su trabajo con la tensión dramática, donde su estilo se pausa y enfoca en los movimientos. Como buen creador es capaz de variar, de usar la animación a su favor.

Samurái Jack es cartoon, utiliza colores collage, los ambientes son en generales acogedores o vistosos. En este episodio esto cambia, el contexto es oscuro, sombrío y polarizado, las transiciones entre la escena en curso y los recuerdos son consecuentes, sobrecargan el suspenso, la serie no nos tiene acostumbrados a este ritmo, a ese estilo visual, a esta presión.




Aku lo gobierna todo, su poder es inmenso, nadie esta cerca de hacerle frente pero no es único, en el mundo aun existen criaturas mitológicas, antiguos demonios o divinidades panteónicas, si bien su poder no es comparable con el de aku no significa que estos antiguos poderes hayan muerto, se mantienen al margen pero siguen resonando, en un mundo tan futurista siguen existiendo las viejas leyendas.

En este capítulo ni siquiera se nombra a aku, en cambio el enemigo es un viejo demonio,  quien tiene el absoluto control de la casa, es dueño de las almas de la familia, ha devorado a la felicidad, todo lo ocurrido después del minuto 12 es una absoluta muestra de llevar esta idea hasta sus últimas consecuencias, en la conversación con la familia estamos en plena incertidumbre, la tensión es palpable, hasta que llegamos al momento donde el demonio atrapa a Jack, sabemos que esto no quedara así, vamos que es el protagonista pero por un momento la derrota parece real.




No hay que olvidar que este programa por encima de todo habla de la esperanza, cada episodio la refuerza, este no ha de ser una excepción, Jack al momento de ver a la familia atrapada, toma fuerzas y derrota al demonio, ya lo intuíamos desde un principio pero tampoco es precisamente cliché, esta lucha se dio en un plano distinto al físico, sucede en el terreno de la fuerza de voluntad.

La serie casi se puede resumir en Jack busca portal, lo encuentra, pasa x o y, el portal se pierde o se rompe, vuelta a empezar; Pero el samurái nunca desiste, sin importar lo temible que sea el enemigo, Jack se esforzara, no es la espada quien lleva a la victoria sino  el samurái que la empuña.




Este episodio no tiene nada que ver con la línea principal, pero es su estilo tan diferente al resto del programa y que aun así ejemplifica su mensaje, lo que le da un estatuto como uno de los mejores, en 20 minutos nos enseña que solo basta un poco luz para derrotar al más oscuro de los demonios.



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