RESEÑA MOBILE SUIT GUNDAM VICTORY

Sunrise y Tomino estaban en malos términos, la no concretada secuela de F91 (luego Tomino la escribiría como manga), caída de popularidad y ventas cada vez menores de las figuras (principal ingreso de Bandai) dirigían a una infalible conclusión: Es hora de un nuevo Gundam. Era 1993, 2 años después de la segunda película de la franquicia llegaba la cuarta serie televisiva.

Mobile Suit Gundam Victory se desarrolla en el UC del 153, 30 años después de F91, ósea, 60 años después de Char´s Counterattack. La tierra sigue controlada por la Federación Terrestre, debilitados después de décadas de enfrentamientos se encontraban vulnerables contra el nuevo Imperio Zanscare. El protagonista es Uso Ewin, un inmigrante ilegal terrestre, quien engrosará las filas de la League Militare, equipo perteneciente a la Federación Terrestre.

La mano de Bandai está presente desde la concepción de la serie, Uso tiene 13 años, es el piloto más joven hasta la fecha, introducirían una oleada de atractivos Mechas, fue ubicada temporalmente lejos de las previas con tal de que no fuera una condición ver las anteriores, todo para atraer una nueva generación de jóvenes en la franquicia… entonces Tomino dijo no.

No es que no esté lo mencionado, es alrededor de la temática donde las tornas no sincronizaron como debían. Las conversaciones Bandai/Sunrise fueron a espaldas de Tomino y el mal trago que aún quedaba de F91 fueron las razones para esa sensación “Tengo el control, pero no lo tengo” que terminaron de superar Yoshiyuki, el resultado es lidiar con la creación de una serie de 50 episodios de gran escala como es Gundam, mientras intenta contentar a las directivas y superar su propia depresión. Ese es el tono de Victory, de ahí se desprende el tema, la vida y muerte.

Las obras previas cuentan sobradamente con muertes, más no fueron enteramente lo principal, cuando sucedían era para validar dos perspectivas: La crueldad de la guerra y el sentido del deber. Mientras que la mayoría de las muertes principales en Victory conllevan cierta mira a la apreciación de la vida: Una viuda se entera de que está embarazada después de la muerte de su esposo, la fulminación de todo un escuadrón no porque tienen un deber con la causa sino para la protección de seres queridos, el sacrificio de los viejos para darles paso a las juventudes. Es una agradecida renovación temática sobre varias de las formas de la franquicia, el conflicto adultos Vs jóvenes toca nuevos puertos, los protagonistas no luchan por la convicción de los ideales de la Federación Terrestre sino para proteger y eventualmente regresar a “Kasarelia”, el hogar, simbólicamente los tiempos de paz.

Es una perspectiva que en papel expide una considerable cantidad de optimismo, pero ¿Quién sería Tomino sin llevar las cosas la extremo? Ya sea a propósito o inconscientemente, plasmo toda su depresión en la obra, logrando que si hubiera muestras de esperanza fueran agridulces. Y en realidad funciona bastante bien cuando las cosas se dan como deberían, si tan sólo fuera lo común y no la excepción.

Contrastes, esa es otra descripción válida en Victory, una serie compuesta de extraños extremos, recordemos como ZZ comienza siendo comedia y luego se ubica en la tonalidad de las anteriores obras, Victory es constantemente ambas. De hecho, podemos rastrear está divergencia hasta la misma conceptualización de los personajes. Uso Ewin tan involucrado como ajeno al conflicto.

Una de las particularidades más “curiosas” de la serie es la emisión de los primeros 4 episodios, el primero emitido es cronológicamente el cuarto, correspondiendo a las órdenes de Bandai en mostrar el Mecha lo más rápido posible. Si no has visto la serie te recomiendo verla como se “debería”: 2, 3, 4, 1. El reorden de emisión sólo tiene fines comerciales a nivel narrativo da lo mismo (antes puede resultar contraproducente referente al entender cómo se conectan los sucesos). Igual, sea como se decida comenzar, seguirá manteniéndose el singular comienzo de Uso.

Los anteriores protagonistas (de las series principales) se encontraban con la posición de pilotos como “llamados hacia el deber”, en pro de la defensa del hogar subían a una máquina capaz de cumplir esa obligación. Ewin también debe proteger su “Kasarelia”, más la inventiva de Tomino no daba para una intrincada vinculación (No lo consideraré spoiler porque literalmente pasa en el segundo episodio) así que decidió que literalmente se chocasen y Uso arrastrará al piloto fuera de la cabina. No me empezaré a quejar en el tercer artículo de la franquicia sobre la “lógica” en Gundam, sólo quería destacarlo como el comienzo más estúpido hasta la fecha.

Si has visto alguna de las series anteriores ya entenderás lo que sigue. Descubre que tiene cierto talento para el pilotaje, derrota a los invasores y el grupo a cargo del Gundam decide reclutarlo. Tomino entiende que no sólo bastaba la defensa de Kasarelia para terminar de enlazarlo con el conflicto, por ello con el pasar de los episodios va cimentándose como objetivo la búsqueda de sus padres, quienes aparentemente están vinculados con la creación de la League Militare.

También está presente el rescate de Katejina de Zanscare y proteger a toda costa a Shakti. Todas son metas comprensibles y empáticas, es en el modo en cómo van ocurriendo que se diluyen las buenas intenciones. La única que siempre está constante es la promesa de regresar a Kasarelia, mientras que las demás se superponen unas con otras sin que tengamos explícitamente claro qué espera conseguir Uso, como abandonar a Shakti en pretexto de otras razones que no iban a ninguna parte, su relación con Katejina (la mitología Gundam) está deteriorada, tanto por él como por ella y la búsqueda de los padres es satisfactoria a medias.

En sí mismo Uso tampoco es exactamente un poderoso personaje, es más, de los pilotos principales es a quién menos respeto le guardo. Ya cargaba con el peso de ser el eminentemente infantil (ni modo, tiene 13 años) así que todo el desarrollo estaría apegado a su evolución. En Victory está más explícita la idea sobre el cambio de alguien común a un soldado sanguinario. Gran parte del rol de Shakti durante la primera parte, es ser el recordatorio constante sobre los cambios en la personalidad de Ewin, también las declaraciones de Katejina son dirigidas a recalcar esa transformación. Pero no es lineal o regular, y no por realismo sino por falta de convicción, apegado a lo mencionado, la irregularidad en los objetivos del piloto.

Si al principio es pacifista luego podrá cometer algo despiadado para nuevamente regresar al pacifismo, un vaivén que desde cierto punto deja de estar presente para concentrarse en otros hilos narrativos o temáticos. Solamente Katejina es quien siempre mantendrá ese alineamiento de señalar culpas, algo directamente descartable u obviable considerando el desarrollo de su personaje.

A defensa de la señorita Loss se puede apelar a que nunca fue suficientemente caracterizada, y es cierto. Poco tiempo tuvimos de ella antes de ser raptada, y todavía menos para presenciar ese cambio respecto a su mentalidad y las que podrían ser sus metas. Sencillamente ocurre a puerta cerrada, y si valiéramos que ha ocurrido, sobre cómo no necesariamente debíamos ser testigos, igual quedan al traste (precisamente por ese desconocimiento) el siquiera esforzarse en comprender o tomar seriamente sus palabras, actitudes y reflexiones durante la fase final. Es sólo una desconocida vociferando, sin terminar de llegarnos.

Son las acciones de los secundarios quienes logran ser el vehículo de todas esas demostraciones de valor temático que nombre anteriormente. No hay ninguno que sea calificable como “robó el show”, es el conjunto de sus relaciones donde terminan de congeniar y gustar. Ninguno se acerca a tener la misma cantidad de tiempo de abordaje que el protagonista, el utilizado es sólo para caracterizarlos con los ideales y relaciones suficientes, funcionando completamente. El conocerlos meramente lo necesario es lo que permite encontrar valor a los momentos clave.

Una lástima que el secundario más importante también esté radicalmente incompleto, Chronicle Asher es otra inconstante. El conflicto con Uso se podría resumir a vengarse de su primer encuentro, ni la conexión que comparten con Katejina o Shakti agregó más suspenso o significado a la relación, por sí mismo jamás genera interés, su papel se reduce a ser estrictamente un mero soldado, recibir órdenes y sólo de vez en cuando demostrar iniciativa, actitud inexistente en los momentos clave. Terminando de conformar y confirmar que está completamente desperdiciado el entramado principal referente a qué es Gundam.

Tomino no logró que cuajaran las partes principales, fue la conexión entre las perspectivas secundarias quienes terminaron de asentar ese pretendido tono. A punta de secundarios logró que sucediese completamente lo contrario a lo que pretendía Bandai. Victory ostenta el récord de ser el Gundam con más muertes de personajes principales tanto en los aliados como enemigos. Desde fallecimientos de quienes sólo cobraron importancia 5 minutos antes de partir hasta quienes conocíamos desde casi el comienzo de la serie, Yoshiki no tuvo piedad.

La mayoría de las muertes son sacrificios inesperados, pueden sentirse intrascendentes al momento de verlas, es viéndolo en perspectiva donde van cobrando significado (no implica que se hubieran haber podido desarrollar/ubicar mejor) como la mayoría abría paso o permitía ese homenaje a la vida de los que quedaban, el seguir esforzándose para honrarlos.

Irónicamente pese a que lo mejor en el sentido temático sea la apreciación sobre el ciclo vida/muerte no es exactamente gracias al manejo de lo que narrativamente está pasando, al trato del desarrollo del conflicto. Hay muy buenas ideas respecto al planteamiento, desde el comienzo se aprecia como Zanscare es una entidad contradictoria, utilizan una guillotina como símbolo de dominancia y terror a la par que promulgan un estado matriarcal, directamente una reina madre llama hijos a sus ciudadanos. Conforme al pasar de los episodios van desentrañando qué es auténticamente el imperio, quienes tienen el control y cuál es su objetivo. El “pero” es respecto al cómo se llegan a estos puntos.

La League Militare es un equipo perteneciente a la federación terrestre, similar a los anteriores escuadrones, tienen objetivos que cumplir para favorecerles en la balanza del conflicto, pero el grado de vinculación de los protagonistas previos respecto a sus guerras eran mayores, permitía entender al espectador qué está pasando, cuáles son los objetivos de la misión, que pretenden conseguir una vez sea ejecutada. Esto no pasa en Victory, el estado indefinido de Uso y sólo reaccionar respecto a lo inmediato va corroyendo el sentido, al comienzo se comprende qué pasa y para qué, en la mitad ya no sé cuáles son las razones en sus acciones, hasta encauzarse en la recta final.

Y no sólo la ejecución del conflicto desde la perspectiva de los aliados, con los contrarios tenemos pocos aspectos rescatables de haberse mantenido firmes en principio a fin, las intenciones de su planteamiento no llevan a ninguna parte, sólo son anecdóticas. Si Chronicle, el contrario principal, es nulamente memorable, poco podemos esperar de los demás antagonistas, solamente hay dos soldados quienes merecen estar encima del resto por ser otro foco temático.

Uno de los aspectos más interesantes respecto al mundo es la mitología que se va gestando con los conflictos pasados, no hay Newtypes a perse, se les considera rumores y posibilidades, herencias de viejas batallas. El Gundam es un símbolo de esperanza y miedo a espera de ser replicado para bien y mal, puede que no existan las menciones directas a los anteriores agentes claves de los conflictos, más continua el mito de que existieron y la mera perspectiva de que regresen es capaz de provocar sentimientos entre los soldados.

¿Y de dónde viene mi calificación de contraste entre comedia/drama? Las anteriores series tienen sus pequeñas bromas internas o momentos más ligeros para afianzar esa vinculación entre la tripulación y en Victory no faltan, de hecho, están presentes y logran cuajar, aumentando todavía más el valor de los secundarios. El verdadero inconveniente es una constante repetición de la extensión del modo en cómo fueron los comienzos de Uso, las resoluciones tan inverosímiles de un buen puñado de situaciones que sólo se pueden tratar de comedia, así sea involuntaria, desde soldados de elite en trajes de baño, el encuentro con alguien buscado incansablemente a través de la mayor casualidad entre las casualidades, o un rescate de secuestro gracias a un perro y un bebe.

La cúspide de la franquicia.

Victory es otra producción fallida de Sunrise (a este paso sólo puede considerarse que la saga va sobre ruedas cuando Tomino no está involucrado) el control que quisieron ejercer fue contraproducente con sus objetivos y Yoshiki termine desahogándose en la serie, el caudal desde dónde salen lo mejor y peor de la misma. Se nota que poco planificó el entramado principal, más son lo que rodea a todo aquello que va sucediendo quienes evitan el tratarla de desperdicio, siendo el aspecto que ha perdurado con el paso de los años. Su tono agridulce de varios momentos clave, sumados a la puesta en línea de su dirección, dan postales impactantes que perduran y mejoran en la memoria.

Desgraciadamente lo anterior infiere un paso del tiempo, algo que Sunrise ni tenía pensado ni considerar. Aunque la serie cumplió su cometido de subir las ventas de figuras, de hecho las duplicó, no logró llegar a la meta de las 10 millones de unidades, se apeló a la razón de ser una obra excesivamente oscura, más dirigida a la generación que creció viendo las originales que a las nuevas, provocando la cancelación de la otra serie Gundam desarrollada en paralelo, una guerra entre las colonias marcianas y terrestres, optando por comenzar la producción de Mobile Fighter G Gundam, serie que marcará el fin de la segunda “fase” de la saga (esperen la reseña en algún momento de los próximos meses).

Y a través de los Gundam se notan las esperanzas que guardaba Bandai. Primeramente, los modelos y animación pueden repeler porque venimos de las 2 obras más potentes a nivel visual de la franquicia, sin embargo, una vez asimiladas se aprecia el cómo cuentan con su propio encanto. Si bien las unidades principales no tienen nada notoriamente memorable (nuevamente) las secundarias son quienes rompen varios tópicos, como el nuevo sistema de propulsión en la atmosfera terrestre, la presencia de vehículos alternos más zoomórficos para tareas varias y una variada creatividad para el acoplamiento y desacoplamiento en medio de los enfrentamientos.

Eso sí, puedo seguir poniéndome quisquilloso respecto a que tanto auténtico avance se han dado desde hace 60 años, al parecer la carrera espacial alcanzó un tope y nunca veremos otro salto científico considerable. Lo más interesante son las máquinas de la fase final, no necesariamente pioneras de la nueva vanguardia, pero la escala y uso es suficiente para destacarlas. Aunque esto podríamos calificarlo de movimiento consciente porque otro de los puntos en disputa entre Tomino – Sunrise, era la intención del primero en separar esa vinculación de Gundam = Espacio. Por eso “demoran” en salir al espacio y cuándo están en este, Tomino no renuncia a la nueva línea de Gundam Motorizados, una sarta de decisiones que podríamos inmiscuirnos incansablemente para trazar quién dijo qué.

Lo auténticamente cierto es que Tomino detesta Victory (como “raro” odiando un Gundam suyo) es famosa la declamación en el DVD de “Nadie, nunca debería ver esto”. No extraña, es directamente su resultado de aquella época de la cuál no quisiera recordar. Antes sorprende que en ese estado haya sido capaz de terminarla en sentido, al menos superficialmente, coherentes.

La dirección y el montaje, por ejemplo. Lamentablemente no he visto más series de su autoría aparte de las Gundam así que no he podido apreciar como es su enfoque en otras áreas, si sólo nos referimos a MSG, se nota cómo mientras con menos contaba más “hacía”, me explico: La primera serie es eminentemente simple en términos de recursos y precisamente por esos limites tuvo que idearse el aprovecharlo al máximo a través del montaje, contrario a F91 donde pese a tener una buena cantidad de presupuesto es una película errática y mal hilada.

Victory es un término medio, no tiene transiciones tan bruscas como la recién mencionada, pero tampoco se puede calificar de “fluido” ese paso entre la vivencia cotidiana al drama pesado, los mejores momentos están en las escenas de acción y planos puntuales (Tomino tiene más talento como director de acción o de fotografía que de montador).

Pese a que haya pretendido separar la noción espacial del Gundam, es innegable que la forma óptima visual es en medio de las estrellas. Explosiones, cambios de paleta, rayos, detalles ya vistos incontables veces y que siguen sin hastiar, sigue presumiendo de una de las direcciones artísticas más sólidas de la industria (crédito del brillante Shigemi Ikeda).

Akira Senju es el encargado de la música, la cuál es cumplidora, no hay ningún tema que se haya quedado completamente en mi memoria más a la vez no fui extraído de la experiencia cuando la veía. Aún faltarían varios años para verlo en su forma final (FMA: B). Encajan en la misma descripción ambos OPs y EDs, visualmente es dónde radica su encanto (pese a que no llegaron a ser característicos de la franquicia). Personalmente prefiero al primer Ending (Winners Forever) sólo por el aspecto de los robots (madre mía, como molan los mechas).

Una de las cosas que más me sorprendieron al leer opiniones de Victory es el buen recuerdo de los fanáticos sobre la misma, al parecer el símil “Tomino no le gusta = Buenísima” tiene mayor vigencia del que sospechaba. Reuniendo las opiniones doy cuenta que todas desembarcan en las mismas apreciaciones, la atmósfera oscura y de desesperanza, mientras que pocos son quienes destacan al desarrollo del conflicto principal. Esa es la huella de Victory, momentos no desarrollos.

No es como si la hubiera llegado a odiar, el disfrute de los secundarios fue suficiente para mantener mi atención vigente. Me decepciona que no me quedaré nada de lo principal, al menos me contenta ser otro de quienes cuentan entre su memoria con esas postales. El único recuerdo de las tragedias.

5/10



2 Comentarios

  1. Buenas, yo había visto alrededor de 9 episodios de Victory, pero terminé por dejarlo debido al hastío. Tras leer tu reseña me ha quedado claro que no me pierdo demasiado si no le vuelvo a dar una oportunidad, más cuando tendría que verme cincuenta episodios... Tal vez lo único que lamento es no haber visto el ridículo episodio de las mujeres en traje de baño jaja.

    Saludos y notable trabajo.

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    1. Ciertamente, aquel capítulo fue la inesperada recompensa por haber visto 50 episodios.
      Saludos y Gracias por leer!

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