ANÁLISIS DE UNA ADAPTACIÓN: KARA NO SHOUJO (+18)

 

Empiezo por la conclusión para justificar la existencia de este escrito: El hentai “Kara no Shoujo (2010)” adaptación de la novela visual homónima (2008) es una terrible adaptación; se deshace de sucesos, cambia el orden de los hechos, omite personajes importantes, reescribe escenas para dar algo de cohesión a un enredo y ni siquiera hubo intención en terminarlo ¿Vale la pena realizar un análisis para detallar lo evidente? Y responderé que sí, no porque encuentre algo de interés en el anime, al contrario, es para brindarle mi respeto a la novela.

Cuándo finalice la novela el 26 de Junio de este año, busqué reseñas para comparar mi fresca opinión con la perspectiva de otros, y sin demeritar los textos leídos, ninguno me dejó satisfecho. Constante son los puntos mencionados entre ellos explicar las mecánicas jugables para desentrañar el misterio, subrayar la “oscuridad” y criticar el aspecto eroge. No ahondan en los elementos que conforman la narrativa de la novela, las simbologías, temáticas, el cómo se interconectan o las intenciones tras las decisiones creativas.

Sin embargo, hay un hecho que me era (y todavía es) un obstáculo para escribirle algo, la razón de que este sea un análisis condenado a estar incompleto, Kara no Shoujo es la primera parte de una trilogía.

No me he topado con ningún análisis que tenga consideración a las 3 novelas para abordarlas como un todo (posiblemente porque no busqué lo suficiente, de conocer alguna escribela en los comentarios). Por el momento, es una omisión que podría ser una atractiva oportunidad, el chance para realizar un significativo aporte a cualquier futuro interesado, más implica algo, leerlas todas.

Trilogía Kara no Shoujo
 

Alrededor de 30 horas demoró mi lectura de Kara no Shoujo, una duración promedio de no ser porque inicie en marzo y termine en Junio. 4 meses que deberían haber sido mes y medio, culpa de la Universidad agravado por mi incapacidad de seguir mi planeación, eso sí, las tareas académicas están muy próximas a finalizar para “siempre” quedando… las tareas laborales. Me mantengo en el uróboros de conseguir tiempo mientras organizo mi tiempo tratando de no perder el tiempo, ósea, es completamente irrealista plantearme leer las otras 2 novelas en un futuro próximo.

Además hay otro importante detalle subyacente ¿Tengo interés en hacerlo? Una razón para haber ignorado que fuera una trilogía es lo sólida que es la primera novela de forma independiente. En alguna reseña leí que habían dejado importantes puntos sin responder ni abordar para justificar una secuela y me sorprendí del plural, de los misterios principales sólo considero que uno quedó sin respuesta.

Presentándose una contradicción de mi percepción de Kara no Shoujo de una primera parte a la que se decidió continuar, en vez de algo planificado. Aventurarse a teorizar acerca de la forma en que “sucedió” depende de leer la trilogía, lo cuál está momentáneamente fuera de mi alcance, por ende lector, ten en consideración tal importante omisión. 

El siguiente “análisis de una adaptación” es para disfrazar una reseña incompleta por mi poca disposición a realizar una completa que, no descarto, podría suceder algún día.

De todas formas, no importa mi percepción acerca del proceso de Kara, considerando que al transcurrir de los años, los desarrolladores (Innocent Gray) la han promocionado de inicio de una trilogía. En su relanzamiento en inglés el 28 de julio de 2023, su título es “The Shell Part I: Inferno” cuya traducción en español es “La Cáscara Parte I: Infierno”. “La Cáscara” corresponde a diferentes símbolos de la trama, entre ellos el huevo, mientras que Infierno es por la primera parte de la Divina Comedia, el famoso poema que también es relevante para la trama. De la misma forma, las partes 2 y 3 son renombradas, respectivamente, “Purgatorio” y “Cielo”, volviendo a referenciar a la obra de Dante.

Implicando que hay cierta razón para llamar a su parte uno “Inferno” pero soy incapaz de puntualizar cuál es, más adelante escribiré mi suposición con la consideración de que no deja de ser eso, una suposición. Sólo al leer la trilogía se puede realizar la mejor aproximación del porqué ha sido nombrada así cada parte.

“La Cáscara Parte I: Infierno” que volveré a llamar como “Kara no Shoujo”, es la novela más famosa y con diferencia de Innocent Gray, subrayando que me refiero a la primera novela, no la trilogía. Si buscas recomendaciones de novelas visuales, todavía más si es de terror, fijo estará mencionada la primera novela. Aparte de Kara, la otra VN más reconocida del estudio es “Flowers (2014)”, una novela GL (Girls Love) escolar sin ningún contenido R18.

La mayoría del catálogo del estudio son historias desarrolladas en la Era Showa durante los años 50, siendo las excepciones Flowers y “Caucasus (2009)”. Sus más recientes publicaciones son nuevas ediciones de la tercera parte de Flowers y Cartagra, está última de donde partiremos.

Cartagra ~Tsuki Kurui no Yamai~ (2005)
 

Innocent Gray publica su primera novela el 15 de diciembre de 2005 “Cartagra ~Tsuki Kurui no Yamai~”, una historia de misterio en los años 50 sobre un asesino serial buscado por el detective protagonista, Takashiro Shuugo. Algunos lectores puede que reconozcan ese nombre, efectivamente, Shuugo es el detective secundario compañero de Reiji en Kara no Shoujo.

Recalcando lo implicado, Cartagra y Kara transcurren en el mismo universo, de hecho, también la novela “PP -Pianissimo - Ayatsuri Ningyou no Rinbu (2006)", otra historia de misterio pero con el protagonista siendo perseguido y no persecutor, su relación con las otras son menciones de personajes a modo de cameos. También está “Nagomibako Innocent Gray (2007)”, una VN “especial” que consiste en pequeños sucesos con personajes de Cartagra y Pianissimo.

¿Es Cartagra una precuela de Kara no Shoujo? No, Takashiro es un personaje plenamente secundario en Kara y a excepción de otro secundario, ningún otro personaje regresa. El mayor interés que me genera la primera obra de Innocent Gray es, precisamente, haber sido el comienzo ¿Cómo evolucionó el misterio de Cartagra a Kara? ¿Qué tal es Shuugo de protagonista a comparación de Reiji? ¿Hubo cambios notables para afianzar la atmósfera Showa de los 50? Y no responderé ninguna de esas preguntas porque no he leído la novela.

Lo que mencioné es válido para secuelas y “precuelas”, carezco del tiempo para el completo análisis que me gustaría, se los quedo debiendo, pero tampoco quería saltarme la existencia de Cartagra para directamente empezar en Kara. Es importante reconocer las que eran las intenciones de Innocent Gray “...una marca que ha tratado de representar historias de misterio además de crear una atmósfera japonesa, en un ambiente nostálgico y anticuado” [1].

Kara no Shoujo sucede en Tokio de 1956 durante alrededor de mes y medio, con 15 locaciones visitables durante el transcurso de la novela, principalmente distribuidas entre Musashino, Suginami, Shinjuku o Taito. Esta elección del cuándo y dónde transcurre, dictamina el contexto temático de la obra, son los barrios centrales de una capital hace poco ocupada por, primera y única vez en su historia, una nación extranjera. 

La ilustradora es Aoki Fumio alias “Sugina Miki”, también es la diseñadora de personajes y directora del juego, y de las principales directoras en Gungnir, compañía madre de Innocent Gray y Noesis, siendo constante en el staff de cualquiera de los juegos de Gray en alguna de las 3 posiciones mencionadas (y usualmente en las 3). Sus primeros trabajos acreditados son de artista en “Shuushuusha ~Collector~ (2001)" y “Eisai Kyouiku (2003)", un par de típicos Eroges escolares, en 2005 comienza Innocent Gray, donde sigue todavía hoy, 18 años después.

Durante Cartagra y Pianissimo define su estilo visual, especialmente notable en el diseño de los personajes al transcurrir las novelas, evolucionando hacia trazos más afilados consiguiendo expresiones detalladas y realistas, correspondiendo a la transición generalizada del medio en el diseño de personajes de las NVs de los 90 hacia los 2000. 

Para conformar la identidad visual de Cartagra utiliza elementos tradicionales japoneses como trajes de época o las locaciones “típicas” (teatros, calles con antigua publicidad, aguas termales). En Pianissimo se prioriza la influencia occidental en Japón por medio de sus personajes, y Nagomibako es únicamente fanservice del estudio en celebración de su trayectoria.

En Kara no Shoujo no hay locaciones tan “tradicionalmente japonesas” a comparación de Cartagra, aunque sigue habiendo un puñado frecuentemente asociado con lo autóctono: Los cuartos compuestos de tatamis, el famoso parque Inokashira o estaciones de buses y trenes; también hay lugares que nos recuerdan a Japón aún si tienen una marcada influencia occidental: una escuela católica, un café, una iglesia o museos; y a su vez, hay entornos “neutrales”, por ejemplo, el cuarto de un detective u hospital.

Es notable la presencia del Catolicismo como la escuela o iglesia, complementado con la Divina Comedia mencionada en la narrativa, consiguiendo en conjunto, una marcada importancia de símbolos católicos en la temática de la novela.

Reiji Tokisaka es un detective privado de 30 años quien vive con su hermana Yukari, retirado de la policía de Tokio hace 6 años por el asesinato de su prometida por un asesino serial nunca capturado. Reiji me recuerda a los clásicos detectives Noir, de pocas palabras, con una tragedia personal, no buscando mujeres pero encantando a las de su alrededor, sin temor en incumplir un par de leyes para conseguir justicia. 

Su uniforme también me recuerda a los que usan los detectives en las mismas películas Noir de los 50, que sumado a un comentario que leí en una de las reseñas, me provocó una duda ¿Qué tan fiel es el vestuario de la NV respecto a  la época? El mencionado comentario calificaba de “incoherencia” al diseño del uniforme femenino de la escuela católica, por lo que deberé realizar una corta tangente para abordar la evolución del vestuario japonés.

El Kimono tradicional era lo cotidiano en Japón hasta que su uso se fue reduciendo durante la era Taisho, el emperador con débil estado de salud implicó un gobierno poco establecido que facilitó el avance de la occidentalización. Aparecían Kimonos con nuevos estilos y diseños siendo más “casuales” y fáciles de usar, crece la frecuencia de los vestidos y trajes de gala, también empieza a generalizarse el uso de falda en las niñas, mientras que los hombres llevaban trajes, abrigos y gorras [2].

La ruptura definitiva con lo tradicional vendría (como no) con la ocupación estadounidense, pasando el Kimono a ser utilizado en fiestas y celebraciones tradicionales, mientras que, cotidianamente, el estilo es tal cuál como en occidente. Aparte de los soldados norteamericanos gran parte de la influencia vendría del cine, revistas y diarios, precisamente un referente directo sería el cine Noir que he mencionado. En definitiva, el ropero de Reiji Tokisaka corresponde al período histórico [3].

Reiji Tokisaka
 

En cuánto al uniforme femenino de la escuela católica, son directamente inspirados de los europeos e influenciaron al estilo de la falda o inclusión del moño en los “Seira Fuku”, uniformes de marinero [4], hasta podría argumentarse que ambos son el mismo diferenciándose en el estatus de la escuela, si es una privada católica femenina para chicas de familias de “alta sociedad” o una escuela pública, pero es un aspecto todavía discutido.

No he encontrado ninguna foto de los años 50 aunque por las numerosas descripciones que he leído [5], el uniforme de la Academia Ouba de Kara no Shoujo es, en general, coherente con la época histórica; le concederé al comentario que el largo de la falda es posiblemente más corto de lo que debía ser, una observación principalmente basada en el presente uniforme de la Escuela del Sagrado Corazón de Tokio, una escuela femenina privada católica fundada en 1908 (tal como la academia Ouba), cuyo largo de la falda es al nivel de la rodilla. 

Una aclaración, mi intención no es encajonar la simbología de la trama de metáfora sobre la resistencia de oriente frente al avance occidental o similares; es debido a la declaración de Innocent Gray respecto a su intención de crear una “nostalgia japonesa”, precisamente destacada en la mayoría de reseñas, sin que ninguno ahondará en que es nostalgia de una época dónde la identidad japonesa estaba cambiando, me resultó irónico en todo caso. Que no haya duda, es una trama de misterio y asesinatos para una historia de redención.

El guionista es Suzuka Miya, quien también es el mismo de todas las novelas visuales de Innocent Gray a excepción de la serie Flowers, tampoco le he encontrado acreditado en otros trabajos, por ende únicamente tendremos de referencia su desempeño de escritor en Kara no Shoujo. Aviso por si no ha quedado claro en este punto, el análisis está pensado en el lector quién ha leído la novela, así que subrayando lo evidente, alerta de spoilers.


La novela está dividida en 2 partes, cada una con su respectivo misterio, en ambos casos la búsqueda de un asesino serial de chicas de secundaria, y la principal diferencia es la identidad del asesino. Durante el primer caso Reiji es instado a unirse al caso dado a lo escabroso (son brutalmente amputadas) y pertinente (una de las compañeras de su hermana está desaparecida), aparte de realizar la investigación en “campo” ejercerá de maestro sustituto en la academia Ouba.

Considero la intención de la primera parte es ser una introducción, hay presentación de personajes, entendimiento de cómo funciona la mecánica del diario, familiarizarnos con el tono de la historia y, en especial, engañar al lector, hacerle creer que ha llegado al final del camino aunque el “auténtico dolor” no ha comenzado.

Lo anterior no implica que carezca de relevancia temática porque correspondiendo a una introducción, la mayoría tendrá importancia a futuro, volveremos a sus diálogos y referencias por pistas e indicios. Y en cuánto a la relevancia de los elementos pertenecientes tenemos al asesino, la Divina Comedia, el Huevo de Enanis o el Cisma.

Con la identidad del asesino también varía el modus operandi y la razón, Tatsuhiko Kusaka asesina a “pecadores” para obtener algo bello, amputando a sus víctimas de forma brutales, contrario a Shin Katsuragi quién no tiene ego vengador, sino una enfermiza fijación con la belleza, opera de forma casi quirúrgica.

En cada parte hay misterios tangentes a la identidad del asesino junto a algunos “globales” para la novela, en la primera tendremos al Cisma, en la segunda a Touko y a nivel general el pasado de Reiji. Vayamos por orden, el misterio del Cisma está principalmente representado en la desaparición de Yui Nishizono, la hermana menor de Kusaka.

Yui Nishizono
 

El Cisma es una organización “secreta” de chicas, presumiblemente lideradas por Orihime Tsukihima, inicialmente un espacio para que pudieran deshacerse de las presiones impuesto por sus familias y la escuela, el cuál se fue degradando hasta convertirse en un círculo de prostitución. Las únicas pistas obtenidas por Reiji respecto a Yui es que tuvo un aborto, tenía un novio que desconocía completamente su afiliación a tal grupo y que no tenía otro familiar cercano aparte de su hermano.

Las razones del asesinato de Yui por Kusaka nunca se clarifican explícitamente, probablemente se deba por la obsesión del hermano, que al saber como su hermana había sido “mancillada” cede a su débil estado mental. Para respaldarlo está el hecho de que se encontraba en un tratamiento psiquiatrico (delimitando una pre existencia de enfermedades mentales) y que la novela tiene una insistencia con el incesto, representado en diferentes personajes.

Decide “reconstruir a su hermana” por medio de la amputación de diferentes chicas. En sus crímenes incluye menciones a la Divina Comedia referenciando la forma en que han sido asesinadas, dándole un matiz de “vengador” o “purificador” a sus acciones, aunque debido a su silencio nunca es clarificado si esa era exactamente su intención. 

Y por supuesto, el hilo temático sobre el pecado de los padres afectando a los hijos, el pasado persiguiendo al presente para determinar el futuro. El mismo Cisma se origina por la presión familiar sobre sus hijas para el cumplimiento de inviables expectativas o que Tsukasa y Yui fueron prácticamente abandonados por su padre.

Otros elementos de importancia son la virgen, el huevo negro o el Huevo de Enanis. La virgen es una figura fantasmal recurrente en las desapariciones, el huevo negro es un símbolo frecuente en la historia para representar renacimiento y El Huevo de Enanis es el libro ficticio de Shin Katsuragi, que tenían todas las participantes del Cisma, implicando una obsesión/culto, también describe los asesinatos cometidos por Kusaka, revelando que lo utilizo de referencia.

Antes de abordar la segunda parte, he de volver al título de este artículo ¿Cómo está todo lo anterior representado en la adaptación del 2010? Sencillo, no lo está.

Otra portada de la adaptación animada

El hentai de Kara no Shoujo es animado por el estudio Flavors Soft, del cuál no se si han dejado de existir. Su última producción acreditada es “Elf no Oshiego to Sensei (2018)", siendo hace 5 años, un tiempo que podría parecer suficiente para dar un veredicto, de no ser porque esa misma producción fue después de 6 años de inactividad, desde el episodio final de “Stringendo: Angel-tachi no Private Lesson (2006 - 2012)” co-acreditado con Maboroshi Koubou.

Los hentais más famosos por el estudio aparte del mencionado Stringendo son “Aneimo (2008)”, “Accelerando: Datenshi-tachi no Sasayaki (2007)” y “Kateikyoushi no Oneesan The Animation: Hno Hensachi Agechaimasu (2007)”; tienen en común ser la adaptación de una Novela Visual, de ahí el factible interés de Milky Animation Label, MS Pictures e Innocent Gray en elegirles.

No es la primera obra de Innocent Gray en ser adaptada, el año anterior “Cartagra: Tsuki Gurui no Yamai (2009)” tuvo dos Ovas a cargo de Blue Cat, estudio famoso por la trilogía “no pico”, siendo Cartagra su última animación. No he encontrado a ningún nombre acreditado de la dirección de Kara no Shoujo, considerando las circunstancias de la producción e intencionalidad, es factible que la producción asumió la dirección, posiblemente un comité entre las 3 productoras.

El guionista es Taifuu Sekimichi, un constante en la industria en la adaptación de Hentai, ya había trabajado en el estudio en el mismo rol para las obras Aneimo, “Love Selection: TheAnimation (2008)” o “Kojin Jugyou The Animation: Schoolgirl Ready for a PrivateLesson (2008)” y a posterior sería guionista de conocidos hentai como “HHH Triple Ecchi (2010)” o “Love Me: Kaede to Suzu The Animation (2022)”. Habiendo visto algunas de sus previas y próximas obras a Kara no Shoujo, me inclinó a pensar que el problema no es Taifuu de guionista, es la intención del comité de producción.

No se pretendía una adaptación fiel a la complejidad de la novela sino una promoción de la misma por medio del eroge.

Siendo sólo dos episodios, de casi media hora cada uno, no alcanzaría a abarcar la historia de casi 30 horas de la novela por más concesiones sean permitidas, pero es apenas suficiente para promocionar la NV; de ahí la completa omisión de los asesinatos de Tsukasa, para únicamente centrarse en los cometidos por Shin, la parte central de Kara. Hay omisión de una multitud de personajes y situaciones, la dimensión escolar es reducida al mínimo, el cisma no es mencionado, no aparecen Hatsune o Shuugo, o la prevista carencia del tramo final, nuevamente, porque es una promoción no una adaptación.

Es entendible que la producción haya decidido optar por un hentai, una adaptación televisiva era completamente inaccesible para un estudio recién formado y que carecía de nombres destacados, adaptarlo por medio de Ovas sin contenido R18 dependería en su mayoría de los lectores de la NV, en cambio, la adaptación hentai era factible de ocurrir y ser desarrollada, además de captar a un nuevo público.

Y es notable el tener que corresponder a esa clasificación R18. En sus dos episodios hay 4 escenas sexuales, 2 por capítulo, hay un par más de desnudos pero corresponden a las escenas de los escabrosos asesinatos. 12 minutos duran en conjunto, la duración de todas las Ovas es en total 54 minutos, correspondiendo el “hentai” a poco menos de ¼, teniendo otros 42 minutos de pura “trama”.

Durante ese tiempo, Taifuu hizo lo que pudo, en el primer episodio introduce los personajes más importantes: Yukari, Touko, la otra Touko, Uozomi, Tsuzuriko, Kyouko, Stella y hasta logró incluir a Shin; presenta las temáticas relevantes: los asesinatos, la identidad de Touko o la chica del cascarón, y en el segundo capítulo realiza todavía más énfasis en Touko y el arte de Mamiya. 

Se nota la intención del guionista en realizar la promoción, en conseguir captar algo de interés usando los temas de la novela, tratando de darle alguna continuidad mientras incluye escenas importantes para la trama pero es imposible encajarlo naturalmente, es un collage. Y el porno únicamente enaltecen esa sensación de que las cosas ocurren por ocurrir, sólo una escena tiene sentido a los sucesos del momento, el resto es requerimiento.

Los más maltratados son los momentos importantes en la novela que fueron utilizados como diera a lugar en la adaptación, intentado generar algo de impacto e interés aún teniendo que sacrificar la integridad de los elementos que les componen. Especialmente lamentable el asesinato de Tsuzuriko, de las escenas más impactantes de la novela que apenas importa en la adaptación.

Y sabiendo que debía ser una promoción, tengo genuino interés en sí lo ha conseguido, ¿Habrán subido las ventas de la Novela Visual por está adaptación? Una pregunta que únicamente Innocent Gray puede responder, personalmente considero que su estatus de culto es el principal factor en que todavía sea recomendada.

Aparte del R18, la adaptación tiene 2 escenas (el museo y flashback del segundo episodio) destacables en la dirección, el resto es resuelto de forma simple. En lo que se refiere a propiamente el hentai, merece completamente el reconocimiento, están muy bien planteados a partir de los CGs de la novela y, previsiblemente, tiene la mejor animación de las Ovas, además de ser fácilmente obtenible la versión sin censura, perteneciendo a ese selecto grupo de Hentai sin “píxeles”.

Y hasta aquí mi reseña acerca de la adaptación hentai más no el fin del texto, aún queda la segunda parte de la NV. Si sólo estabas interesado en mi opinión del anime puedes dejar de leer, en cambio, te invito a continuar si sigues interesado en un análisis incompleto sobre Kara no Shoujo.

El descubrimiento de la carne humana en los huevos en la Pascua da comienzo a la segunda parte de la novela, un nuevo caso de otro asesino teniendo un comportamiento similar a Tsukasa, colegialas desaparecidas, asesinatos escabrosos y una sensación de ritual en el accionar: los asesinatos por Shin Katsuragi.

Es la parte central porque convergen los principales aspectos temáticos y narrativos, cuya mayoría se origina en el mismo punto, en la pintura que parece ser Touko, el título y portada de la novela, “La chica del Cascarón”. En el contexto de la historia corresponde a una obra pintada por Mamiya Shinzou, un célebre pintor retirado, la pintura representó una etapa “oscura” y es considerada como su obra maestra.

Dada su importancia me resulta interesante lo que es, porque podría parecer una pintura cualquiera (claro, con interpretaciones) si no fuese por algo notable en principio, más no profundizado, debido a ser irrelevante para la exploración temática, nuevamente, el toque occidental. Basta con darle un vistazo para reconocer que la clasificaríamos más cercana a las corrientes europeas (personalmente la ubicaría entre expresionismo y barroco (tomarlo de sólo apreciación, estoy muy lejos de ser conocedor artístico)) en vez de “Japonesa”, sin embargo, plantea una duda, exactamente ¿Cómo son las pinturas Japonesas durante los años 50?

Entre finales del siglo XIX e inicios del XX sucede una lucha artística en Japón entre dos estilos, el Yōga contra el Nihonga. El Yōga (“pintura de estilo occidental”) se origina en el período Meiji (1868 - 1912), una época caracterizada por la modernización de la nación en todos sus ámbitos: creación de fábricas, reemplazo de los Han por las prefecturas o trasladar la capital a Edo, renombrada Tokio, etcétera [6]. Entre los esfuerzos del nuevo gobierno se incluía la diversificación del arte, se enviaron estudiantes y artistas reconocidos a escuelas Europeas, a la vez que se contrataron profesores y artistas para formalizar escuelas en Japón.

La Europa de los 1850s se encontraba en medio de una afluencia de estilos y corrientes (academismo, realismo o impresionismo) que llevarían hacia el modernismo; en ese ambiente los artistas japoneses aprendían de todo y todos, ensayando las lecciones en técnicas que poco utilizaban o desconocían (pintura al óleo, tinta, pasteles o acuarelas) [7]. Sin embargo, al comienzo de la década de 1880, el gobierno adopta una postura más nacionalista, dirigen los recursos al reestablecimiento de las técnicas establecidas previas al período Meiji, este movimiento se denomina “Nihonga” (“pintura de estilo japonés”).

Durante la era Taishi predomina el Yōga debido al regreso de artistas de sus estudios Europeos, la debilidad institucional y el interés local en el arte extranjero [8], en la era Showa el nacionalismo permite que ambas corriente sigan creciendo mientras sirva a los propósitos propagandísticos nacionalistas e imperialistas. Aún después de la segunda guerra mundial, se mantiene el conflicto de forma y contenido entre las corrientes, durando prácticamente todo el siglo XX. Actualmente el uso de ambos términos ha decaído por la compenetración que han conseguido diferentes artistas.

Volviendo a la era Showa de los años 50 y anterior a la fecha, debido a que Mamiya pinta sus obras entre 1920 - 1935, si es perfectamente factible la creación de “Kara no Shoujo”, es una obra que pertenece a la corriente Yōga, y el mismo Mamiya se convertiría, en el contexto del mundo, en uno de los principales exponentes. 

No he encontrado una referencia de en quién pensaba Innocent Gray al conceptualizar a Mamiya, así que consultando a los principales exponentes Yōga entre la transición de siglo XIX y XX he seleccionado a 4 cuyo estilo me resulta similar a Mamiya. De izquierda a derecha, “Father” de Harada Naojiro (1885), “Kodama” de Wada Eisaku (1902), “Lady with a Rose” de Takeshiro Kanokogi y “Seiyō fujin-zō” de Yamamoto Hōsui.


Vuelvo a recalcar, para los propósitos temáticos no es determinante, el valor es respecto al entendimiento de lo que constituye a la novela visual. En cuánto a lo simbólico en la temática, su importancia está en la vida de sus personajes, una obsesión para Mamiya, la perdición de Shin o la fijación de Touko.

Mamiya pintaba para sí mismo, expresar sus sentimientos, su inalcanzable búsqueda para lo bello, obsesionado en los elementos que pudieran conseguirlo, ignoraba a los demás aún si fueran su familia. Sólo hubo una persona, la nueva ayudante, hermosa y versada en arte, la madre de Touko, la modelo de Kara no Shoujo, inmortalizada eternamente en carne.

No sólo queda huérfana Touko, irónicamente, también Shin. Su madre biológica caía en la locura debido a la pérdida de su belleza al envejecer siendo despreciada por Mamiya, desquitando su frustración en el maltrato a Shin. El único refugio de Shin estaba en la ayudante quién le daba el cariño negado por sus padres… hasta que le fue negado, es previsible el cambio en la cordura del futuro escritor.

Así que ¿Se ejemplifica la temática a través de Mamiya y como provocó indirectamente el asesinato de inocentes colegialas una veintena de años después? Si, pero no sólo es él, todo depende de hasta qué punto estamos dispuestos en indagar en los antecedentes de cada persona.

La madre de Touko era hija de una familia bien posicionada, “exiliada” al haberse enamorado de un civil que luego moriría en servicio, provocando que sea ayudante en un estudio de pintura y termine optando por entregar a su hija al orfanato católico; una tragedia cuyo origen está en la decisión de los padres. Otro ejemplo es la pérdida de las extremidades de Touko debido al accidente automovilístico que fue provocado por la falta de su medicina, la cuál fue escondida por la otra Touko; debido a una obsesión tangente a su baja autoestima por la poca atención de su madre, Mio Mizuhara, la cuál estaba influenciada por Mamiya y a posterior por su hijo, terminaría ayudando (sin saberlo) al asesinato de su hija. Nuevamente, el origen de la tragedia está en los padres.

Que no se me malinterprete, no implicó que la lección (de haberla) sea culpar a los padres, sino lo entrelazado del presente con las decisiones del pasado que tendrá inferencia en el futuro, pero aún así se puede luchar para no estar arrastrado por las tragedias, esa es la historia de Reiji, Chizuru, Fumiya, Stella o Kyouko. Interesante el caso de Chizuru y Fumiya porque su relación prohibida (son hermanos) es la ejemplificación de incesto más notoria de la novela, que aún así deciden no continuar por el bien de la familia.

El café atendido por Kyouko mientras guarda en su corazón el recuerdo de su fallecido esposo, o Stella (quien tendrá más importancia en las secuelas) esforzándose en su labor superando las dificultades que tuvo en su infancia. Es un amplio espectro de reflexiones y posiciones respecto a la temática, consiguiendo que mientras más finales leamos, tengamos un mejor entendimiento de cada personaje y en cómo se relacionan entre sí.

Por supuesto, es Reiji quién mejor representa esa superación. Al principio es sólo un detective atormentado por un doloroso asesinato del pasado, para al final tener, tras mucho tiempo, esperanza en el futuro. No fue un camino sencillo, hasta el último momento las tragedias estuvieron entre sus seres cercanos, más el sólo llegar vivo le inculca aprecio de querer continuar el tiempo que pueda, aún tiene tareas pendientes, gente con quien estar y proteger.

De ahí que sea el “Inferno”, la primera parte de la Divina Comedia en la que Dante desciende a lo más profundo del infierno para subir al purgatorio; en la novela tenemos a un Reiji quién sufre hasta último segundo antes de permitirse el perdonarse, seguir recordando a su prometida Yukiko mientras se permite el conocer, vivir más.

Y esa es la luz de Kara no Shoujo, detrás de la oscuridad de las decisiones pasadas hay esperanza de que habrá un mejor futuro, recordar el pasado sin dejarnos dominar, realizar nuestras propias decisiones en favor de vivir como queremos hacerlo.

Hay otra temática vigente en la novela por medio de la pregunta formulada por Touko, “¿Quién es Touko?”, una cuestión utilizada para descubrir varios secretos, que a la vez representa tal lo que implica, un conflicto de identidad. No es el único personaje con un dilema de ese tipo, la otra Touko prefiere convertirse en quién no es con tal de sentir ser algo o Shin refugiado en la novela que escribe, sin embargo, es en Touko donde más énfasis se realiza e irónicamente, es la menos perjudicial.

Porque tal como reconoce la narrativa, Touko siempre fue alguien, se sentía acomplejada por desconocer sus padres o tierra natal, más no termina importando porque desarrolla una personalidad en compañía de sus amigas del colegio y su familia adoptiva. No había necesidad de buscar a Touko, siempre estuvo con nosotros, nuevamente son las decisiones de tu presente que te darán la fortaleza de continuar.

Y puedo enlazarlo (un poco forzosamente) con la subtemática de este análisis, la búsqueda de una identidad es lo que buscaba Japón como nación posterior a una humillante derrota y ocupación. No, no creo que Innocent Gray estuviera considerando ese aspecto al conceptualizar a Touko, pero a la vez, sin proponérselo, dieron con una presentación ideal.

La nación en búsqueda de encontrar su identidad deja de anclarse a nivel organizativo en el pasado, por medio de diferentes reformas eliminan completamente lo que aún quedaba del feudalismo terrateniente, impulsan la industria nacional y exportaciones, especialmente hacia los Estados Unidos [9]. En general, las medidas austeras de los 50 compensan en los 70, permitiendo el establecimiento del milagro japonés, que junto a la floreciente cultura desde todos los ámbitos durante los años 60, 70 y 80 conforman una moderna identidad japonesa … hasta que estalla la burbuja inmobiliaria, pero eso es otra historia.

Y no puede faltar mi opinión respecto al eroge, la criticada en cada reseña que leí, a excepción de quien realizó una observación donde coincido: “Aún si me parecen forzadas algunas, no lo quitaría porque es parte de la integridad de la novela” [10]. Si, la mayoría de las escenas sexuales se sienten inmiscuidas en la trama para cumplir una cuota, pero eliminarlo en su totalidad se desharía de las que sí tienen importancia en el desarrollo de los personajes.

El encuentro con Tsuzuriko es importante para la construcción del asesinato más doloroso de la novela, ceder ante Kuchiki Touko es el primer paso para que empiece a vivir el presente y la lastimera escena con Touko Mizuhara es el último termino en la completa disociación ocasionada por su falta de autoestima. De ahí que quiera recalcar el que no hay razón para despreciar el Eroge en una novela por meramente estar, es un recurso a ser utilizado para los propósitos de la narrativa si están correctamente planteados, un hecho que no tuvo reconocimiento en las diferentes reseñas que consulte.

Entre novela y adaptación únicamente las Seiyus Kei Maeda y Miyuki Yua, respectivamente, Touko Kuchiki y Touko Mizuhara, repiten el rol. El caso de Kei Maeda fue especialmente importante, era su tercer papel en la industria, y además con contenido eroge, de ahí en adelante durante la próxima década tiene centenas de apariciones, aún estando activa; en cuánto a su participación en Hentai únicamente volvería para “Real Eroge Situation! 2 (2021) ”, otra adaptación animada de una novela en la que participó.

Miyuki Yua sigue teniendo participaciones en novelas, mientras que en animaciones sólo tendría un protagónico para “J* Fuuzoku Gakuensai (2021)". Los otros personajes tuvieron Seiyuus diferentes para la novela y adaptación, destacar a Takeuchi Ryouta quién es Tokisaka Reiji en la edición HD de la novela (es decir, no es la primera versión) el primer papel de un Seiyuu quién a lo largo de la década se convertiría en una de las voces constantes en las novelas Otome como “Princess Closet (2014)”, “Diabolik Lovers (2014)” o “Yoshiwara Higanbana (2015)”.

Para la música está a cargo “Manyo”, compositor con quien han trabajado desde Cartagra, ya tenía docenas de novelas antes de Kara y todavía sigue activo. Sus melodías constituyen uno de los mejores aspectos de la novela, sea el melancólico piano del menú, Investigación o Lilac perfectas para su cometido, o la melancolía que desprende cada nota en Crescent.

Ruri no Tori” es el tema de la novela cantado por Shimotsuki Haruka, que es una bonita canción pero es una lástima haber pasaso de la oportunidad de componer una pieza más cercana a esa nostálgica del Japón de los años 50. Para la adaptación no se acreditó a otra persona para la música, así que se utilizaron los mismos temas con arreglos para diferenciar entre escenas.

Pese a haber comenzado a escribir esta reseña motivado en brindar una que considerase más apropiada a la novela, terminó sin tener la plena seguridad de si he correspondido. Por lo menos espero ser otro aporte para quién algún día se dé a la tarea de buscar reseñas para contrastar su opinión de la novela y que encuentre en mi texto otra justificación (y tal vez un apoyo) para escribir la reseña definitiva. Actualmente no tengo planificado mi regreso a los misterios de la era Showa, tampoco implicó que no ocurra, siempre tendré presente que aún debo ejercer de Virgilio y Beatriz en el ascenso de Reiji a los cielos.

Referencias:

  1.  Nostalgia, Tragedy And Catharsis: An Interview With Innocent Grey (enlace).
  2. Japanese Fashion Through the Eras: From Heian to Heisei (enlace).
  3. Japanese Fashion Through the Years (enlace).
  4. From Tradition to Today: Japanese School Uniforms (enlace).
  5. Japanese School Uniforms(part1)-History of Japanese School Uniforms (enlace).
  6. La era Meiji, el nacimiento del Japón moderno (enlace).
  7. Yoga y Nihonga (1870-principios del siglo XX)  (enlace).
  8. Independent brushstrokes Originality follows imitation in the history of Japanese oil painting (enlace).
  9. Formación del sistema político y económico de Japón en la posguerra, 1945-1965 (enlace).
  10. The Shell Part I: Inferno – Review | Kara No Shoujo (enlace).

 


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